¿Quién te ungió?
1 Juan 2:27
(1 Juan 2:27 RVR
1960) Pero la unción que vosotros recibisteis de El permanece en vosotros, y no
tenéis necesidad de que nadie os enseñe; así como la unción misma os enseña
todas las cosas, y es verdadera, y no es mentira, según ella os ha enseñado,
permaneced en él.
Moisés, en el
capítulo 8 de Deuteronomio, menciona parte de las riquezas de la tierra de
Canaán y parte de ella eran los olivos y el aceite. El aceite era uno de los
ingredientes principales para la preparación del aceite de la unción, una
composición de cuatro especias finas, descrita en el libro de Éxodo 30:
22-25.
En el Antiguo Pacto,
el aceite simboliza al Espíritu Santo. En su composición, el aceite de la Santa
Unción se componía de aceite, la mirra excelente, la canela aromática, el
cálamo aromático y la casia. Las cuatro especias representan el ministerio
terrenal de Cristo.
Por ejemplo, la mirra
que en el pasado era usada para preparar a los muertos para ser enterrados,
representa la muerte de Cristo. La canela aromática simboliza el poder de la
muerte del Señor. El cálamo representa Su resurrección, y la casia, el poder de
Su resurrección.
La cantidad de las
especias también presenta un significado espiritual muy importante para
nosotros. La primera tenía quinientos siclos. La segunda y la tercera tenían
doscientos cincuenta siclos cada una. La última también tenía quinientos
siclos. Esto no es una simple coincidencia, porque aquí tenemos tres medidas de
quinientos siclos, siendo la del medio partida en dos, esto nos hace recordar
Jesús fue partido por nosotros. Sabemos esto por el hecho de que el velo del
templo se rasgó en dos partes, de arriba abajo (Leer Mateo 27:51).
En la crucifixión del
Señor, el velo que cerraba la entrada al Lugar Santísimo se rasgó por la mitad
(Lc. 23:45). Esto significa que, cuando la carne del Señor Jesús fue rasgada
por nuestra causa, todas las barreras de separación que nos impedían acercarnos
a Dios fueron destruidas.
(Hebreos 10:19-22
RVR1960)
Así que,
hermanos, teniendo libertad para entrar en el Lugar Santísimo por la sangre de
Jesucristo, por el camino nuevo y vivo que él nos abrió a través del
velo, esto es, de su carne, y teniendo un gran sacerdote sobre la casa de Dios,
acerquémonos con corazón sincero, en plena certidumbre de fe, purificados los
corazones de mala conciencia, y lavados los cuerpos con agua pura.
En Éxodo 30, además
de explicar cómo era hecho el aceite de la unción, YAHWEH advierte que éste no
debía ser usado, de ninguna manera, sobre una persona común del pueblo. Éste
estaba destinado exclusivamente a la unción de los sacerdotes. Más tarde, en la
historia de Israel, también fue usado para ungir a los reyes.
(Éxodo 30:30-38 RVR
1960) Ungirás también a Aarón y a sus hijos, y los consagrarás para que sean
mis sacerdotes. Y hablarás a los hijos de Israel, diciendo: Este será mi
aceite de la santa unción por vuestras generaciones.
Sobre carne de hombre
no será derramado, ni haréis otro semejante, conforme a su composición; santo
es, y por santo lo tendréis vosotros. Cualquiera que compusiere ungüento
semejante, y que pusiere de él sobre extraño, será cortado de entre su pueblo.
Dijo además Jehová a
Moisés: Toma especias aromáticas, estacte y uña aromática y gálbano aromático e
incienso puro; de todo en igual peso y harás de ello el incienso, un perfume
según el arte del perfumador, bien mezclado, puro y santo. Y molerás parte de
él en polvo fino, y lo pondrás delante del testimonio en el tabernáculo de
reunión, donde yo me mostraré a ti. Os será cosa santísima. Como este incienso
que harás, no os haréis otro según su composición; te será cosa sagrada para
Jehová. Cualquiera que hiciere otro como este para olerlo, será cortado
de entre su pueblo.
Claramente el
capitulo 30 versículo 30 dice que el aceite de la santa unción fue compuesto
para consagrar el sacerdocio de Aarón y la herencia sacerdotal levítica.
¿Porque los ministros
actuales se ungen los unos a los otros si no son herederos del sacerdocio
levítico según el orden de Aarón?
En el Nuevo Pacto en
el cual nos encontramos hoy, el apóstol Juan explica que todos nosotros,
“Todos” los que hemos sido llamados a salvación, recibimos y tenemos la unción
que viene del Espíritu Santo (1 Juan 2:20-27). Por eso podemos ver que aquella
unción, que era un privilegio exclusivo para los reyes, sacerdotes, profetas, y
algunos jueces, hoy está dentro de nosotros.
1 Pedro 2:9 (RVR1960)
Más vosotros sois linaje escogido, real sacerdocio, nación santa, pueblo
adquirido por Dios, para que anunciéis las virtudes de aquel que os llamó de
las tinieblas a su luz admirable;
En Cristo Jesús somos
todos llamados al real sacerdocio contrario al conceptos de la iglesia de hoy
que utilizan el ritual de ungir los ministros con aceite aludiendo que son el
sacerdocio ungido y exclusivo consagrado para la labor ministerial.
Lamentablemente las posiciones ministeriales de apóstol y pastor en la iglesia
evangélica son un residuo del sacerdocio católico donde el sacerdote es el
intermediario entre Dios y el hombre.
La verdadera función
de los cinco ministerios.
(Efesios 4:11-13
RVR1960)
Y él mismo constituyó
a unos, apóstoles; a otros, profetas; a otros, evangelistas; a otros, pastores
y maestros, a fin de perfeccionar a los santos para la obra del ministerio,
para la edificación del cuerpo de Cristo, hasta que todos lleguemos a la unidad
de la fe y del conocimiento del Hijo de Dios, a un varón perfecto, a la medida
de la estatura de la plenitud de Cristo;
Los cinco ministerios
no fueron instaurados como un sacerdocio exclusivo de un clero en la iglesia.
Este mal concepto de los cinco ministerios ha dado como consecuencia que el cuerpo
de Cristo no crece en el conocimiento y en desarrollo de los dones
ministeriales a los cuales todos estamos llamados a ejercer para la expansión
del evangelio. Por consecuencia evangelio se a estancado en una estructura mal
llamada iglesia la cual está dirigida por los únicos ungidos “apóstol-pastor” y
los que escuchan el sermón son simples ovejas que su única función es dar
diezmos y ofrendas.
Los ministros son
llamados por el Espíritu Santo y perfeccionado por los cinco ministerios para
ejercer el oficio ministerial. JESÚS nació y ejerció su ministerio en el
Antiguo Pacto. Entonces, ¿quien ungió a Jesús como sacerdote? El sacerdocio de
Jesús es mayor que el de Aarón, porque el de Aarón era provisional, el
sacerdocio de Jesús es por el orden de Melquisedec, sin principio ni fin. Todos
sabemos que Jesús fue el Cristo, el ungido por el Espíritu Santo.
Partiendo por este
principio, ¿porque los ministros se empeñan en ungirse los unos a los otros con
aceite y llamarse “los ungidos” delante la congragación? Por esta razón es que
hay muchos ministros ungidos por los hombres y no ungidos por el Espíritu
Santo. Parecen vampiros que se muerden los unos a los otros y se reproducen.
Si leemos en el
evangelio de Lucas capitulo 6:13-16 nos dice que: Jesús ELIGIÓ a los doce
apóstoles y en ningún lado dice que los ungió con aceite como símbolo de la
unción lo cual era sombra de lo perfecto. Los doce apóstoles junto a la iglesia
fueron ungidos por el Espíritu Santo, fueron ungidos por lo perfecto como dijo
Juan el bautista:
(Lucas 3:16 RVR1960)
respondió Juan, diciendo a todos: Yo a la verdad os bautizo en agua; pero viene
uno más poderoso que yo, de quien no soy digno de desatar la correa de su
calzado; él os bautizará en Espíritu Santo y fuego.
Todos tenemos la
misma unción y autoridad. Hoy son muchos los que ejercen los ministerios y se
adjudican un grado mayor de autoridad y de unción. Hasta llegan a clasificar
erróneamente los cinco ministerios por orden de jerarquía por lo cual todos
quieren ser apóstoles y profetas. Los cinco ministerios son ejercidos según el
don impartido por el Espíritu Santo para servir a la asamblea de creyentes con
el fin de que maduren espiritualmente y puedan ejercer funciones ministeriales.
Los profetas no
tienen una posición eclesiástica en la iglesia. Son llamados por el Espíritu
Santo como ministros pero no ordenados por la iglesia como pasa en los otros
ministerios. ¿Por qué razón no son ordenados por la iglesia? Porque son
llamados a confrontar el pecado y llamar al arrepentimiento incluyendo el
pecado de los ministros “los ungidos intocables”.
Son muchos los
ministros que se escudan con el pasaje bíblico que se encuentra en el libro de
(Números 12:1-10) donde Aarón y Miriam se rebelaron contra Moisés, alegando que
como Moisés, ellos son ungidos y los que les señalen las faltas corren el
peligro de perecer. Por esta razón son muchas las congregaciones que se
convierten en cómplices de los pecados de los ministros. Son estos mismos
ministros que cuando un profeta trae luz de la verdad bíblica a la
congragación, estos los contradicen y dicen QUE SON FALSOS PROFETAS Y LE
ENSEÑAN A LOS FELIGRESES A DIFAMARLOS.
Hermano hay que ser
obediente al llamado del Espíritu Santo. El diacono Felipe fue llevado por el
Espíritu Santo a evangelizar a Samaria. Pablo fue llamado por Jesús Cristo para
ser apóstol de naciones. Ya no veas a tus líderes como los únicos activos en el
cuerpo de Cristo, motívate a madurar espiritualmente y a ejercer un ministerio
según tus dones. Acércate a tus lideres y diles que te ayuden a capacitarte
para ser útil en la obra evangelistica.
La unidad cristiana
es un hecho. A los cristianos los une la fe, una vida, una lealtad, un
propósito común, reconciliar al hombre con YAHWEH. Los cristianos sirven a un
solo Señor quien es la cabeza del cuerpo de Cristo. Sin embargo no son
idénticos en temperamento, personalidad o dones (Efesios 4:11). El
vínculo debe fortalecerse sin cesar con una actitud de amor, tolerancia de los
unos por los otros usando sus dones diferentes para el bien común.
Todos debemos crecer
hasta que seamos lo que Cristo quiere que seamos. Amen.
Gracia y paz.
Su hermana en Cristo,
Maria I. Mestre
Yom Teruah
Ministries®
Carolina, Puerto Rico